Expedición Pirámide de Cartensz

Huisa y López llegan al campamento base del Cartensz

Diario de Juan Antonio Huisa

“Tras llegar a Jakarta y preparar el equipaje tuvimos solo 2 horas para dormir, pues a las 2:30 salíamos hacia el aeropuerto para embarcar con destino a Timika (Irian Jaya), antes realizamos un trasbordo en Makassar, así que tras 6 horas de vuelo llegamos a nuestro destino.

Nos recogen en Timika y nos explican que tras comer salimos hacia Campo Base, una autentica locura pues se trataba de desplazarnos hasta Cebra Wall (inicio del trekking), durante casi 5 horas en 4x4 y ya bien entrada la noche comenzábamos la marcha de 5 horas hasta campo base a 4.030 metros Es decir, después de 3 días sin dormir, íbamos a realizar un trekking de noche de más de 5 horas y bastante cargados, pues no teníamos porteadores y llegar a 4000 metros sin aclimatar.

El programa que teníamos era apretado pero aún nos lo comprimen mas, le pedimos explicaciones y nos dicen que es así. Nos recoge un 4x4 de la policía con cristales ahumados y con mucho misterio y secretismo nos piden que nos pongamos camisetas manga larga y gorro y terminantemente prohibido sacar fotos y video, pues vamos atravesar un área restringida (la famosa mina Freeport, la mayor explotación minera de cobre, oro y plata del mundo). Sabíamos de antemano de la existencia de esta mina y que el gobierno lo oculta como un secreto de estado, pero jamás hubiéramos sido conscientes de lo que allí veríamos.

Comenzamos la marcha y atravesamos varios controles sin problemas, pues conduce un sargento y un comandante va a su lado, es casi de noche y la densa niebla lo cubre todo. La subida es muy pronunciada, la pista es recorrida por multitud de 4x4, enormes camiones, maquinas, etc..., a medida que vamos subiendo comenzamos a ver las increíbles instalaciones que allí hay, el área de la mina puede ser incluso mas grande que la provincia de Sevilla, parece que estamos en otro planeta, Marte. Es de noche y no se aprecia bien el paisaje, el lugar es selvático, gigantes helechos, cascadas, precipicios, y seguimos subiendo y subiendo. De repente, paramos, nos bajan del coche y rápidamente subimos a otro coche oficial de la mina, donde un operario nos traslada de nuevo hasta no sabemos donde.

La noche es cerrada, seguimos subiendo, atravesando instalaciones enormes y de repente nos vemos dentro de un laberinto de túneles ascendentes. Llevamos recorridos mas de 50 km. de túneles sin salir al exterior, cientos de km se entrecruzan, con multitud de puertas blindadas, controles, etc, esto es parecido a una estación espacial. No damos crédito a lo que vemos y por fin salimos al exterior donde nos topamos con maquinarias gigantes, camiones de 5 metros de altura y excavadoras que no cesan de trabajar durante 24 horas Legamos a lo más alto de todo y rápidamente dejamos el coche, cogemos las mochilas y nos adentramos en la montaña.

La noche es muy oscura, esta lloviendo, y comenzamos un trekking que durará hasta llegar a campo base. La aventura es total, pero nuestra preocupación va creciendo. Estamos muy cansados, llevamos 22 kilos a la espalda y no sabemos bien lo que nos vamos a encontrar. Las horas van pasando y el cansancio y la altura van pasando factura. Somos cinco componentes (cocinero, guía, un montanero francés y Pedro y yo). Poco a poco vamos subiendo, debido al peso el guía va agotado, el cocinero se tiene que parar a vomitar. Pedro acusa el mal de altura con vómitos, a mi me duele la cabeza y el francés también está cansado. Es normal hemos pasado de 0 a 4.030 metros en menos de 10 horas.
Y por fin llegamos a campo base, una jornada larguísima pero cargada de emociones, y todos a dormir…”